Los campos de Tinduf habían conocido durante la última semana de junio de 2006 una gran sublevación mediante la cual los secuestrados expresaron su rechazo de los actos bárbaros perpetrados en su contra por los miembros del "Polisario", recordó Benaissa en su comparecencia ante la cámara de representantes (cámara baja).
Destacó en este contexto las agresiones "abyectas" y las detenciones de los miembros de la tribu Rguibat Laayaycha en el llamado "campo 27 febrero".
Benaissa indicó que para hacer callar las voces que reivindican sus derechos en el marco de la legalidad internacional, las milicias de los separatistas, encuadradas por las fuerzas de la policía militar argelina, han adoptado “un nuevo mecanismo de violación de los derechos humanos que consiste en la creación de campos de secuestro móviles de difícil localización”.
En cuanto a los esfuerzos y medios desplegados por el Reino frente a esta situación, el jefe de la diplomacia marroquí precisó que Marruecos había dirigido un mensaje al secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, en el cual llamó a arrojar luz sobre estas practicas y definir sus responsabilidades.
Añadió que el Reino subrayó en este mensaje la concordancia de los testimonios revelando la degradación de la situación de los derechos humanos en los campos de Tinduf y explicó que Marruecos recordó de nuevo la responsabilidad de Argelia en garantizar la seguridad corporal de los secuestrados ya que alberga en sus territorio los campos y las estructuras organizacionales del movimiento separatista.
Marruecos cuenta presentar próximamente a las Naciones Unidas un proyecto de autonomía para las provincias del sur que ofrece amplias competencias a esta región en el marco de la soberanía marroquí y la integridad territorial del Reino.
El conflicto del Sahara opone desde 1975 Marruecos al +Polisario+, con el apoyo de Argelia.