Esta constatación se hizo durante un debate en Ginebra sobre la cuestión de la ayuda alimentaria para las poblaciones secuestradas organizada por Oxfam en el marco de la 36ª sesión del Consejo de Derechos Humanos. 

El drama vivido en los campamentos de Tinduf es "la consecuencia lógica" de los secuestros sistemáticos de la ayuda humanitaria por los dirigentes del polisario con la bendición de Argel, dijo en esta ocasión Aicha Douihi, presidenta del Observatorio saharaui la paz, la democracia y los derechos humanos. Cita como prueba el informe de la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF), que acusó claramente a Argelia y  a los separatistas de la desviación organizada durante años de ayuda concedida a las familias saharauis de los campamentos de Tinduf. 

El informe de la OLAF cita los nombres de los sospechosos de ser los organizadores de los desvíos  que comienzan en el puerto argelino de Orán, donde se lleva a cabo "lo que tiene que suceder y lo que se puede desviar". La reunión también puso de relieve el deterioro de las condiciones humanitarias en los campamentos, una situación debida a la continua negativa de Argelia a realizar un censo de los habitantes de los campamentos en violación de las resoluciones de la ONU. 

Esta actitud se explica de hecho por el deseo de las autoridades argelinas de inflar el número de habitantes para exigir más ayuda internacional, dijo Said Achmir del Foro Justicia y Derechos Humanos. Otros oradores reconocieron que la falta de registro de los saharauis de conformidad con las resoluciones del Consejo de Seguridad ha facilitado la desviación a gran escala de la asistencia alimentaria a la población como resultado de la negativa del país anfitrión a cumplir sus obligaciones legales . 

Recordaron que estas poblaciones se ven privadas de la ayuda alimentaria que les ha proporcionado la comunidad internacional, como lo confirman los informes de investigación del ACNUR y del Programa Mundial de Alimentos (PAM).

 Las investigaciones entre las dos instituciones han concluido que los dirigentes separatistas y muchos funcionarios argelinos se han beneficiado de este desvío en un momento en que este país sigue cerrando sus fronteras ante las organizaciones de derechos humanos.