Todas estas mujeres han sido traídas contra su voluntad del campo llamado « Mojayam de Dajla » situado en Aâuinet Bel Lagrâa, en el sureste de Tinduf.
Por otro lado, todos los productos alimenticios y los materiales necesarios a la celebración de esta manifestación han sido traídos desde Tinduf.
Así pues se celebra en la fastuosidad la proclamación de la fantasmagórica « RASD » que, de hecho no tiene ninguna existencia territorial.
Se sitúa en Tinduf, en Argelia. No tiene pueblo, por que la única población de que dispone son los retenidos de los campos que detiene y controla contra su voluntad.
Todo el mundo sabe que la « RASD » no posee ningún atributo de soberanía. Su existencia se reduce a Internet y a algunas instituciones ficticias sobre el territorio de un país extranjero.
Entonces no es sorprendente que esas festividades, que necesitan fondos considerables, son denunciadas por los mismos retenidos de Tinduf que deberían alegrarse de ellas ya que consideran que son una pura y sencilla dilapidación de las ayudas humanitarias internacionales que necesitan mucho.
Eso explica por que la gente es escéptica en cuanto a la celebración de esta pretendida ceremonia y por que los detenidos de los campos de Tinduf expresan su angustia y su desacuerdo frente a los dirigentes del Polisario que se empeñan en hacer perdurar, inútilmente, el conflicto del Sahara e imponer el statu quo, oponiéndose así a toda iniciativa que aspira a desbloquear la situación que prevalece en esta región desde más de treinta años.
La salida de este impasse y la solución del conflicto del Sahara están ya listas. Es evidentemente la autonomía ampliada, en el marco de la soberanía nacional, que propone el Reino de Marruecos. ¿No es está la autonomía que hemos deseado siempre? ¿No se trata del deseo más querido del conjunto de los ciudadanos saharauis?
¡A buen entendedor, pocas palabras bastan!
Sin embargo, como el Polisario no quiere ningún reglamento, cualquiera que sea su naturaleza, hay que esperarse en los próximos días a otros comportamientos similares, más actuaciones y escándalos, por su parte, que aspiran simplemente a poner trabas e intoxicar lo más largo posible la cuestión del Sahara.
Pero, es sólo pena perdida y un golpe de espada en el agua, porque tales tentativas son condenadas por anticipado al fracaso.
Fuente: (CORCAS)