En artículos de prensa que publicó tras las últimas revelaciones sobre el continuo desvío de la ayuda humanitaria europea por parte del polisario y Argelia, Iaconetti recuerda que Italia, miembro fundador de la UE, es uno de los donantes de ayuda humanitaria a los campamentos de Tinduf.

"Como se informa en el sitio web del PMA, Italia ha proporcionado un total de unos 2,5 millones de dólares en los últimos cinco años", dijo.

"Millones de euros han salido de Italia para apoyar los programas de ayuda alimentaria, sanitaria, logística y mucho más para una población que sobrevive en el desierto argelino en condiciones extremas", escribe el experto italiano, señalando que es totalmente legítimo preguntarse si el dinero de los contribuyentes italianos "no ha sido malversado y si el Gobierno italiano tiene la intención de iniciar una investigación sobre este asunto".

Señaló que se trata de una pregunta muy pertinente "porque, en medio de la crisis de Covid-19, el Gobierno italiano dio otro medio millón de euros al Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (PMA) para ayudar a los refugiados del Sahara argelino en Tinduf".

Precisó que "ayudar a los más necesitados es un principio sagrado que testimonia la solidaridad italiana en el mundo, pero es un deber para con el contribuyente italiano garantizar que esta ayuda no acabe en las manos equivocadas".

El experto italiano señala que "están en juego millones de euros de los contribuyentes europeos, mientras que las condiciones de los refugiados han permanecido inalteradas", y precisa que "el objetivo de la ayuda se suponía que era humanitario, pero en realidad resultó que una gran parte de ella se utilizó para comprar armas".

Este contexto, añade, favorece la radicalización de los jóvenes de los campamentos de Tinduf y su reclutamiento en las filas de los grupos terroristas que constituyen una amenaza para la región y para Europa.

El experto también hizo referencia al secuestro de los cooperantes internacionales en los campamentos de Tinduf, recordando el caso de la italiana Rossella Urru "secuestrada por terroristas de Al Qaeda el 23 de octubre de 2011 en los campamentos de Tinduf con dos de sus colegas españoles".

"Además de la rentabilidad de los secuestros, la esclavitud es otro grave fenómeno denunciado desde hace años por las ONG de defensa de los derechos humanos en estos campamentos", recuerda el experto italiano, y añadió que "a menudo se trata de niñas muy jóvenes vendidas por sus padres a maridos ancianos a cambio de una compensación financiera".

Concluye que estos actos no pueden pasar desapercibidos sin una reacción firme de la comunidad internacional.

-Noticia relativa a la cuestion de Sahara Occidental/Corcas-